La ansiedad es tan intensa, que llega incluso a no dejarte dormir. Literalmente te pasas la noche en vela. Te sientes cansado/a, agotado/a y exhausto/a.
Esta respuesta, mediada por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS), resulta en la liberación de varias hormonas, entre ellas el cortisol, que tienen múltiples efectos en el organismo.
La vida pasa tan rápido y tan lenta a la vez. Cuando el peso de las responsabilidades, el ser buena hija, buena madre, buen hijo, buen padre, buena mujer, buen hombre, buen estudiante, buen trabajador, etc., llega a su límite.
Acabas de tener una ruptura de pareja, y te sientes cansado, agotado, irascible, frustrado, abandonado, con ganas de aislarte de este mundo o, por el contrario, con ganas de comerte el mundo, reventar-lo todo, irte con la primera/o que te pase por delante y así borrar todo el dolor que te está causando esta ruptura.
En los tiempos que corren la falta de concentración y memoria está en el orden del día.
Vives con una constante preocupación de no llegar a fin de mes, generándote esto una gran ansiedad.
Cuando se abre una constelación familiar, te das cuenta de que el mundo de la pareja, es un trabajo muy extenso.